Pepe
Pepe nació en un pequeño pueblo minero. Pepe no tuvo la oportunidad de acceder a una educación formal por lo que hizo de la minería su oficio. Cada mañana se levantaba invariablemente a las cuatro de la mañana para caminar un trayecto de una hora rumbo a la mina de plata donde trabajaba. Fue reconocido por sus compañeros de trabajo y vecinos por ser una persona diligente, honesta y servicial. Con los años, Pepe llegó a ser presidente municipal de su pueblo natal por su liderazgo innato e interés genuino en el bienestar de los miembros de su comunidad. Aún después de su muerte, la gente lo recuerda por su legado de obras de bondad.